miércoles, 18 de marzo de 2009

Realidad adolescente


Una vez más el o los supuestos asesinos del Marta del Castillo y sus compinches o por lo menos los que parecen ser sus compinches, cambian la versión de los hechos. Una vez más la verdad de ayer o la presunta verdad se convierte hoy en mentira o en presunta mentira. ¡Qué lío! Ahora un cenicero después una navaja, primero el río Guadalquivir seguidamente un contenedor, en principio una sola persona finalmente varios asesinos. ¿A qué nos enfrentamos? ¿Son adolescentes con personalidad esquizofrénica asesorados por abogados perversos? O tal vez se trata de víctimas de un sistema educativo unidos a un sistema judicial confuso.

Todo ello se une al consiguiente deterioro personal de familiares y amigos junto al aún más preocupante deterioro ético y moral de toda la sociedad.

¿Tienen nuestros adolescentes perdido el sentido de la realidad? En muchas ocasiones lo parece. Frecuentemente en el desarrollo de la labor docente se aprecia con asombro y preocupación la evidente distorsión de la realidad que sufren algunos. Cuando ves claramente como uno de ellos agrede a un compañero, empuja violentamente al que tiene al lado, porta una navaja o comete cualquier otra anomalía en las aulas, se empeñan en afirmar que no es cierto y sobre todo, atestiguan que no existen pruebas en su contra. Posteriormente, si la situación se complica, porque se les sigue acusando, pasan a asegurar que sus compañeros cometen las mismas tropelías y no se les recrimina ni sanciona, en un intento de diluir la culpa entre todo el colectivo. Seguidamente, en un arrebato de sensatez, algunos, pasan a admitir parte de su culpa pero afirmando que si empujaron fue por inercia, puesto que ellos también fueron empujados. En resumen, no admiten la realidad y/o la distorsionan a su gusto y conveniencia en varias fases tan sucesivas como alocadas .

Esta reiterada situación de alejamiento de la realidad ¿No será un mal generalizado de nuestros adolescentes? ¿No será que les estamos creando una realidad artificial basada en sus gustos y posteriormente su tremenda imaginación les lanza a otra realidad, que volvemos a intentar recrear y después a otra más hasta alcanzar una situación irrealizable que supera la ley y la moral establecidas?

La tarea educativa de padres y profesores debe esforzarse en presentar a los adolescentes una realidad a la que deben adaptarse y no al revés como predican algunos teóricos actuales de la educación.